miércoles, 3 de julio de 2013

Haikus.

Amigo: dulce
viento en quien duermo
mi soledad.

Idea negra
en la macabra noche:
siempre morirán.

¡Terror! ¡Olvido!
Destrozando mi alma,
llega el frío.

Pues hoy no están,
de aquí ya se marcharon,
siguiendo la paz.

Duermo en tu seno
madre mía, cruel mujer,
cálida Muerte.

El fin del día
trajo un aire gélido
olor a cieno,

Fruto olvidado
de un árbol marchito ya,
recuerdo nulo,

Deseo que un Dios
magnánimo, silente
llueva mi dolor.

Deseo tu voz,
tan sólo recordarte
cual me olvidaste.

Porque el tiempo va;
nadie se ha quedado ya,
andaré en soledad.

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