martes, 2 de octubre de 2012

Día 5: Sueño.


Dormida habrás caído ya.
Creo yo que mis plegarias llegaron a oídos sordos.
Tal vez no seas tú, tal vez no sea yo.
O tal vez, solo quizás, a ningún lugar llegó mi canción.
Descansa ya, mujer que habitas mi alma.
Duerme, con el suave arrullar de mis latidos.
Te poseo, no lo sabes, pero eres mía
Pues, ¿como un hermano, quién más te ha protegido?
Posesión no, solamente dulzura
Compartida en noches de plenilunio.
Me perteneces, y soy tuyo, pues incluso
Cuantos amantes destrocen el decoro y recato
De ti y de mi, ambos somos cómplices
En este delicioso absurdo.
Duerme ya. He acabado. Sigues ahí, y yo conmigo.
Sé que me amas, en cada segundo
Escucho la atronadora voz de tu ser.
No dudes que un símil de ella
Anida en cada idea de mi entender.
Quisiera verte y despedirme; otra ocasión será.
Duerme, que Selene te lleva mi vista y mi bendición.
Duerme ya.

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